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Nostálgica

Nostálgica "Sollozando quiso limarse las uñas, mientras las lágrimas convirtieron los fragmentos en una suerte de egoísmo, que la volvió sincera.”

Desnuda, nerviosa, se cubrió con un albornoz pálido, sobre los hombros. No pudo atarlo a sus caderas, pero como todas las noches confiaba en que su cuerpo húmedo lo mantendría abrazado a ella sin problemas. Descalza, las baldosas parecían instantes helados de escalofríos, que recorrían su piel y la turbaban. Aún estaba entreabierta la ventana, de manera que el aire se renovaba en la habitación y la mantenía fresca.

Todos habrían dicho que iba a coger un resfriado, pero a ella le gustaba que la
mimasen y la brisa era sin duda la mayor experta, después de una sesión nocturna de veinte minutos bajo la alcachofa de la ducha.

- Me extrañas, ¿verdad? - Murmuró contra el cristal del retrato de la mesita
de noche, caracterizado por un alma de mediana edad, que aparentaba menos años de los que en realidad tenía.

- Yo se que recuerdas el patio de columpios, ¿a que si?. Te encantaba empujarme mientras yo subía mas y mas alto. ¿ No lo recuerdas ?. - Dijo, esbozando una sonrisa y sus ojos verdes centelleaban en la oscuridad.

Cogió su despertador y situó las agujas en las siete y cuarto, de manera que tendría tiempo suficiente para que el techo se fuera desenfocando despacito, mientras ella jugaba con sus sentimientos hasta dormirse.

- Vamos, riete conmigo. Te encantaba reírte. Aunque si quieres lloraremos, como la última vez. ¿Te acuerdas de la última vez?.

Sin querer, con un espasmo de necesidad, tiró el vaso de cristal al suelo
y este se hizo añicos, que se esparcieron aleatoriamente con un ruido no muy largo, pero intenso.

- Esas serán tus lágrimas. ¿Sabes?. Mis labios ya las han besado muchas veces. Cielo ¿Recuerdas mis labios? Bésame, porque me he puesto ese carmín que te gustaba, con algo de brillo, como siempre. ¿Lo recuerdas?

Acercó una mano a la parte interior del muslo que estaba descubierto, acariciándolo con las yemas de los dedos.

- Esta vez no huiré, ya lo sabes. Quiero tus labios morados. ¿Recuerdas? Quiero que me arranques la piel, como la última vez. ¿Puedes apretarme el cuello con las manos ?. Te prometo que me resistiré y gritaré de dolor. ¿Recuerdas la última vez?

Comenzó a excitarse, con el roce de sus dedos, mientras se tocaba. Eran instantes de gloria, extremadamente sutiles y su espalda se arqueaba de placer.

- Vamos, ¿quieres abandonarme? Ya he roto contigo, porque tu rompiste con mis huesos.

- ¿Te acuerdas de mis huesos? Grita, ambos lo haremos frenéticamente. Yo terminaré muda, sumisa, ya lo sabes. Con los ojos abiertos te esperaré otra vez sobre la alfombra.

En ese momento alcanzó el clímax y su espalda se derrumbó débil sobre las sabanas. Casi no podía respirar. Se quedo quieta, hasta que se fue relajando poco a poco, segundo a segundo, recuerdo a recuerdo.

- Ahora soy tuya ¿verdad cariño? Tuya de verdad.

Archville

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