Diario de Luz

Asustada (Capítulo Uno)

"Estoy rendida, sumisa, desnuda sobre el aire que me vió nacer. Huelo estas sábanas y busco en ellas la locura. Me encadeno a mi dolor. al sexo, al pudor o a la ternura. Me gusta pintar con acuarela el ruído del cristal al romperse."

Esas fueron las primeras palabras de Luz en su diario, un seis de junio de otro mes aburrido que pasaría despacio. Dejó su cuerpo acostado en la bañera, el grifo abierto y se quedó completamente quieta, inerte, para poder librarse de sus pensamientos. Ese mundo, el suyo, lleno de ambigüedades, de gritos insomnes, dejaba de ser suyo. Ahora, una vez más, su pecho se encogía llevándose el oxígeno, y una vela oscurecía su soledad.

Archville

Una vez más, más que palabras (Capítulo dos)

"Límame el alma, pero despacio para que pueda sacudirme los pedazos que se van resquebrajando. Trato de engañarme, de ignorarte, llorando sobre un diario de páginas huecas. Fuera, mi hermano llama a la puerta convencido de que abriré. A veces los nervios se van y dejan paso a amnesia."

Esa, esa Luz, escuchando en bucle la misma canción, su canción preguntándose porqué quería hacerse un tatuaje, cuando la vida le había proporcionado ya suficientes cicatrices.

Archville